Hoy mi aliento huele a hierro de sangre
Mi mente gira hasta quemar mi frente
Y un lamento me parte como un rayo
Quisiera construir un mundo nuevo
donde el aire sepa honesto
donde no haya que explicar los valores
Y donde la moneda de pago sea la lealtad
Y sin embargo, solo tengo algunos ladrillos,
un poco de cemento y un cuerpo cansado.
Necesito de vosotros compañeros,
porque sin ustedes, no hay mundo,
y no tengo donde gastarme.
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