jueves, 27 de septiembre de 2012

En un día azul, de tarde fría y clara, sentado en un árbol caído sobre el arroyo, mientras crujen sus hojas al caer, soñé contigo, y noté tu pelo en mi hombro, rozar suavemente al ritmo de la brisa... ¡ Me desperté y era una rama de hojas doradas , la que me acariciaba el alma!. ¡ Tu eres mi rama soñada!

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