En un día azul, de tarde fría y clara, sentado en un árbol caído sobre el arroyo, mientras crujen sus hojas al caer, soñé contigo, y noté tu pelo en mi hombro, rozar suavemente al ritmo de la brisa... ¡ Me desperté y era una rama de hojas doradas , la que me acariciaba el alma!. ¡ Tu eres mi rama soñada!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario