Humilde señor, de rebosante bondad.
Vives por vivir, pero sin ti.
Vives por vivir, pero sin ti.
Cada dia una tarea laboriosa y pesada,
al despertar,
un desayuno de pastillas nunca agradecida,
nunca una sencilla mirada
al despertar,
un desayuno de pastillas nunca agradecida,
nunca una sencilla mirada
Tu sentir no existe, No sabes ni donde lo dejaste.
Un día tu persona econdiste
en algún rincón oscuro
y alli sigue sin recordarse
Ella ha despertado, y su voz aparta cualquier pensamiento,
como una espesa melaza,
invade tus voluntades,
invade tus deseos
invade tus voluntades,
invade tus deseos
Ya preparaste la tostada con el tranxilium 50 de la mañana
y el litio, y los 60 de insulina, y que no se olvide, el paracetamol
el bisoprolol, la aspirina y el enalapril.
Subes pesadamente la escalera y sigues con una ilusa esperanza
¡Quizás hoy tenga una sonrisa!.
Esperanza que se disipa como la niebla
en una cálida mañana de Agosto,
al abrir el primer palmo de puerta.
Esperanza que se disipa como la niebla
en una cálida mañana de Agosto,
al abrir el primer palmo de puerta.
-¿Me has traído la leche fría?.
- ¡Dios mio, pero si ayer la pediste caliente!
- ¡Dios mio, pero si ayer la pediste caliente!
-¡La quiero fría, como siempre, es que no me escuchas!
Hoy te espera otro día, a las 10 el médico de San José
a las 11 el internista, a las doce el endocrino, a la una el psiquiatra,
y por la tarde...
¡ ya no me acuerdo lo que tengo por la tarde!.
¡ ya no me acuerdo lo que tengo por la tarde!.
Ella te insultaba o te hablaba mal...
¡El médico lo achacaba a su enfermedad!.
¡El médico lo achacaba a su enfermedad!.
Ella te pegaba una torta o te respondía poco agradecida...
¡Era responsable la nueva medicación antipsicotica, alegaba el psiquiatra!
Ella estaba siempre seria, nunca reía,
pero el médico, aludía a su enfermedad.
pero el médico, aludía a su enfermedad.
Un dia a tu médico dijiste,
¡YA NO PUEDO MAS!.
¡YA NO PUEDO MAS!.
El muchacho intentó animarte, te dijo que buscaras tu vida
que salieras de allí...
pero tus obligaciones te lo impedían.
pero tus obligaciones te lo impedían.
¡QUE IBA A DECIR LA GENTE AL DEJAR A UN ENFERMO DEMENTE!
Solo encontraste un camino posible, una huida para siempre
algo que en películas del oeste viste,
y el único refugio oscuro, donde
nadie podría encontrarte.
¡LA MUERTE!.
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