sábado, 25 de mayo de 2013

EL FINAL


Humilde señor, de rebosante bondad.
Vives por vivir, pero sin ti.
Cada dia una tarea laboriosa y pesada,  
al despertar, 
un desayuno de pastillas nunca agradecida,
nunca una sencilla mirada
Tu sentir no existe, No sabes ni donde lo dejaste.
Un día tu persona econdiste
en algún rincón oscuro
y alli sigue sin recordarse
Ella ha despertado, y su voz aparta cualquier pensamiento,
como una espesa melaza,
invade tus voluntades,
invade tus deseos
Ya preparaste la tostada con el tranxilium 50 de la mañana
y el litio, y los 60 de insulina, y que no se olvide, el paracetamol
el bisoprolol, la aspirina y el enalapril.
Subes pesadamente la escalera y sigues con una ilusa esperanza
¡Quizás hoy tenga una sonrisa!.
Esperanza que se disipa como la niebla 
en una cálida mañana de Agosto, 
al abrir el primer palmo de puerta.
-¿Me has traído la leche fría?.
- ¡Dios mio, pero si ayer la pediste caliente!
-¡La quiero fría, como siempre, es que no me escuchas!
Hoy te espera otro día, a las 10 el médico de San José
a las 11 el internista, a las doce el endocrino, a la una el psiquiatra,
y por la tarde...
¡ ya no me acuerdo lo que tengo por la tarde!.
Ella te insultaba o te hablaba mal...
¡El médico lo achacaba a su enfermedad!.
Ella te pegaba una torta o te respondía poco agradecida...
¡Era responsable la nueva medicación antipsicotica, alegaba el psiquiatra!
Ella estaba siempre seria, nunca reía
pero el médico, aludía a su enfermedad.
Un dia a tu médico dijiste,
¡YA NO PUEDO MAS!.
El muchacho intentó animarte, te dijo que buscaras tu vida
que salieras de allí...
pero tus obligaciones te lo impedían.
¡QUE IBA A DECIR LA GENTE AL DEJAR A UN ENFERMO DEMENTE!
Solo encontraste un camino posible, una huida para siempre
algo que en películas del oeste viste,
y el único refugio oscuro, donde
nadie podría encontrarte.
¡LA MUERTE!.

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